Historias de Terror: El Canopy

Imagen: costarica.com.es

      Hay gente que dice que hay que vivir todas las cosas, hacer actividades que en principio no sean afines a nuestros intereses e incluso que nos provoquen miedo. Todo,  con el fin de acumular experiencia y quizás descubrir un gusto que estaba muy pero muy oculto en tu interior.

    Yo discrepo de ese pensamiento, en mi caso, conozco mis gustos y si bien podría decir que tengo intereses variados, los que a veces no congenian mucho entre sí y que incluso llegan a sorprender cuando los comento. Siempre tengo claro que ninguno de mis intereses va a relacionarse jamás con la famosa adrenalina.




   Por lo anterior, el canopy para mi es algo que jamás hubiera hecho. Tuve la oportunidad de practicarlo en Costa Rica, donde son famosos por tener circuitos largos y a gran altura. Viendo toda esa vegetación exuberante, las razones para hacerlo eran muchas, pero como dice el dicho "soldado que arranca sirve para otra guerra", decliné dicha oportunidad, con el alma y cuerpo en perfecto equilibrio y cero arrepentimiento.

      Pero a veces la vida te da sorpresas y esa sorpresa llegó de la mano de un paquete de groupon. Este consistía en una estadía en el Parque Lemucura, que incluía ya el costo del canopy. Lamentablemente ahí mi sentido común se escondió y pensé, si había pagado por algo, como no iba a aprovechar todo el paquete. Craso error, fue una de las experiencias más desagradables de mi vida, yo que pensaba que en cualquier momento podía desistir, tuve que hacer el circuito completo porque no había donde bajarse. Mi corazón palpitaba a mil y mi mente se volvió estúpida, no podía seguir ninguna instrucción. Fue tanta la ineptitud, que tuve que hacer todo el recorrido con el guía, así que a todo lo desagradable se sumo la humillación pública (porque eramos varios en ese grupo). Terminé literalmente enferma, con gripe (creo que me bajaron las defensas por los nervios) y con la comprobación empírica que uno no tiene porque vivir todas las experiencias.