Valle del Elqui v/s San Pedro: Parte 1





     Hacer comparaciones es bien odioso, pero a veces es inevitable y hasta natural. Sobretodo cuando tenemos experiencias tan disímiles, tratando de manejar  la mayoría de las variables para tener un estándar similar. 

       En esta oportunidad, mi versus  tiene como víctimas,  dos lugares de Chile. El Valle del Elqui y San Pedro de Atacama.

      En ambos casos, lo primero que hice fue ubicar un alojamiento que cumpliera con las características que necesitaba, cómodo y con una infraestructura que me satisfaciera. Lo ideal, era que se encontrara en el centro, para que el acceso no fuera complicado.



       En San Pedro encontré el Terrantai, un hotel ubicado en el centro del pueblo, de fácil acceso y con facilidades a la mano.



       Las habitaciones son más bien básicas, limpias y no tienen tv, por lo que invitan al descanso. Hay una biblioteca, donde puedes encontrar un sector donde puedes servirte té y café a destajo, mientras lees libros, navegas o ves televisión.

    Hay una piscina pequeña ubicada en el centro del patio, que cumple con el requerimiento de refrescar si el calor así lo amerita, pero no sirve si quieres nadar.
No hay room service y cuando fui no había restaurante, el alojamiento incluye el desayuno, que entre paréntesis es muy bueno, pancitos de albahaca, galletas de quinoa, queques , leches, cereales, yogurt, etc....el desayuno lo puedes tomar en el mismo hotel o si tienes una actividad, avisas y en la recepción te tienen tu lunch box listo. 

     En síntesis el hotel cumple con lo que promete, buena atención, facilidades básicas y acceso privilegiado. Me gustó mucho, lo recomiendo 100%.

      En el Valle del Elqui me alojé en Elqui Domos, bastante alejado del centro. Sin embargo, me intrigó este lugar porque dentro de los servicios se incluía una visita guiada al observatorio del hotel y un masaje de relajación. Además ofrecían cabalgatas a la luz de la luna, para hacer observaciones astronómicas, las que debíamos coordinar en el hotel.



      Habían dos tipos de instalaciones, los domos y unas cabañas con techo de vidrio, elegimos esta última. Debo decir, que lo primero que me llamó la atención fue la mala atención, había una recepcionista, al parecer con una lata tremenda, super ineficiente. Las cabañas quedaban en altura, por lo mismo debieran tener un transporte para los bolsos, no es gracia llegar cansado a un lugar de relajación y tener que subir y bajar por tu equipaje.

      La estadía incluía un plan completo de alimentación, pero era tan estricto que si hacías alguna actividad lo perdías. Y como en el Valle del Elqui se acuestan con las gallinas, debo decir que pasamos hambre. En este hotel ni siquiera tuvieron la delicadeza de ofrecer alguna tabla, sandwich o lunch box como compensación,  siendo que uno estaba pagando por esas comidas. Punto aparte, quiero recalcar que la comida era mala y el desayuno bastante pobre.

      En cuanto a las actividades incluidas, éstas estaban pésimamente coordinadas. Para hacerte el masaje tenías que hacer fila fuera de una carpa super insalubre y poco privada. Situación que me hizo desistir de inmediato y que encontré un descriterio.

   La otra actividad (el observatorio) era un chiste. Organizaban observaciones grupales de 30 minutos cada una, me tocó el antepenúltimo grupo. Según las estimaciones me tocaba a las 11, pero como todo era un despelote. Al final era la 1:30 de la mañana y todavía no venían a buscar. Llamamos y dijimos que nos corrieran la actividad al día siguiente, luego de nuestra cabalgata. Aceptaron, pero no cumplieron, así que esa actividad tampoco pude realizarla.

     En síntesis un hotel super deficiente, con pésimo servicio y cero empatía con el huésped. Se ofrece como un lugar de relajación, con múltiples actividades y no cumple. No lo recomiendo para nada, considerando que el precio del paquete no es muy barato que digamos.


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