Un experimento involuntario

     Hace casi 8 meses que no me pinto las uñas, es raro pero por diferentes motivos no lo he hecho. Esta situación, en principio, totalmente involuntaria me hizo comprobar lo letal que son los esmaltes de uñas.

     Yo generalmente me pintaba las uñas, mínimo, una vez por semana, ¿Cómo las tenía?

En ese entonces las tenía super débiles, no podía superar un determinado largo y se me quebraban (eso me daba lo mismo, porque no me gustan las uñas largas). Pero lo peor, se me abrían por capas como si fuese un pastel milhojas. Esto me tenía super preocupada, tanto que juraba que tenía una enfermedad seria, como dicen que las uñas son reflejo de dolencias en el cuerpo.

     Bueno, ya pasado el tiempo me di cuenta que, para mi, ese nivel de uso de esmaltes es fatal. Ahora, tengo las uñas espectaculares, duras, con un brillo natural y me crecen super rápido.

       En todo caso, lo anterior no quiere decir que voy a erradicar el esmalte de uñas. Todo lo contrario, a penas pueda voy a pintarme las uñas. Pero por el momento seguiré disfrutando de estas uñas espectacularmente saludables.