Asuntos culinarios varios

     Parecerá un poco contradictorio después de haber dicho que me encantan los bentos, pero no hay cosa que me desagrade más que un plato de comida demasiado ornamentado. Para mi es inevitable mirarlo y preguntarme....¿cuánta mano habrán metido?

    Además,  suele suceder que los platos más adornados, tienden a priorizar la proteína y dejar la guarnición (y que decir de las salsas) en un segundo plano. Pésimo para mi, porque me gustan más los acompañamientos que las carnes. Todavía recuerdo ir a comer a un restaurante, pedir un carpaccio de salmón, como plato principal y que me llegue una cuchara de porcelana  con una porción minúscula. Y era super caro el plato, no creo haber hecho durar tanto una cuchara como en esa oportunidad. Estaba bueno eso sí, pero salí con tanta hambre que al llegar tuve que asaltar el frigobar.

     Me he fijado que un plato si o si viene decorado, si tiene un nombre rebuscado y además un precio ad-hoc al largo y la pomposidad del mismo. Hace unos meses, fui a comer a un restaurante en Isla Negra, no era un restaurante particularmente pirulo, pero si giraba en torno a Pablo Neruda, no recuerdo el nombre, pero era el que quedaba más cerca de la casa. En este local, los nombres de los platos eran muy muy largos, todos inspirados en la poesía, con nombres como "Oda de merluza austral con poesía de legumbres de estación y armonía de arroz" o "Muselina de mariscos con delicada poesía de papines recubierto con infusión de vino del poeta" y así...todo super temático. La expectativa ante los platos era alta, por lo mismo la realidad nos golpeó fuerte.

     Cuando llegó la comida, el primero era un pescado congelado y hecho a la plancha, con primavera de verduras congeladas y un poco de arroz medio recocido. El otro plato era una especie de chupe, con papas doradas y una salsa de vino, muy  malo el plato.

     Y se demoraron un montón, yo creo que como estábamos relajados no nos fuimos, pero para nunca más. Prefiero un restaurante cuya pretensión principal sea hacer buena comida y no escribir un menú con nombres rebuscados y que poco y nada se relaciona  con la ejecución del plato.

    En fin, cuesta mucho encontrar un buen restaurante. Yo tengo unos 3 en mi ciudad, que recomiendo plenamente y nada más. Siempre trato de innovar y tratar de descubrir lugares nuevos, pero inevitablemente vuelvo a mis picadas, ya sea por la calidad de la comida, la atención o la higiene.