Me gusta: El Jardín Botánico de Viña

   Uno de los lugares que más me gusta en la quinta región es el Jardín Botánico. Si bien, en verano realizan más actividades (sobretodo musicales), es en invierno donde lo disfruto más. Básicamente porque está más solitario y el tipo de gente que lo frecuenta es más respetuosa de la naturaleza. En  verano, por ejemplo, la gente insiste en utilizar el auto para pasear en todo el recinto y las vías no están diseñadas para que transiten autos con tanta frecuencia. Porque de partida son de tierra, entonces si uno está  caminando o en bicicleta, los autos levantan polvo. Además son angostas, así que interfieren  con el paseo de coches y en general, con  cualquiera que transite por ahí. 

     Y por otro lado, en verano se llena de fumadores....no sé, como nunca he fumado, me cuesta entender como alguien no puede dejar el vicio al lado por respirar un poco de aire puro. Además ya se ha incendiado tantas veces el Jardín Botánico por gente así de irresponsable, que es un tema que en lo particular me violenta bastante.

     Bueno, pero independiente de todo eso...¡Que es grato estar ahí!, ocupar las mesas debajo de los árboles y tomar desayuno. O arrendar bicicletas o simplemente sentarse a respirar aire fresco y mirar los gansos y los patos.

     Me acuerdo que empecé a ir en la U. Y en ese entonces, fui frecuentemente porque me hice amiga de un par de perritos, el Negrucio y el Trípode, que nos seguían a todas partes. El Trípode, tenía tres patitas pero era super ágil...no se diferenciaba para nada del Negrucio en cuanto a la rapidez y era demasiado tierno. Eso fue hace muuuucho tiempo, y ahora me imagino que los dos deben andar  corriendo en el  cielo de perritos....pero independiente de eso, siempre que pienso o voy al Jardìn me acuerdo de ellos.

     Como dato extra, en el camino que va desde el Camino Troncal al Jardín Botánico, hay una comunidad mapuche que vende unos panes a la brasa exquisitos (también venden tortillas) y además, en el horario de almuerzo, ofrecen comidas típicas (yo probé un ceviche de cochayuyo alucinante).

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