Mi máquina de coser, mi elefante blanco
Imagen vía fotosvintagegratis, blogspot.com
Hace tiempo me compré una máquina de coser, siempre pensando en lo útil que sería y en las miles de cosas que iba a hacer cuando la tuviera.
Lamentablemente, no me imaginé que iba a ser tan complicado manipularla. Yo en el fondo sigo creyendo que es cosa de práctica, pero como la ocupo como 2 veces al año, cada vez que me animo, juro que se me olvida todo, tengo que empezar de cero con el catálogo en mano. ¿Cómo enhebrar? ¿Cómo hacer que te quede con la tensión correcta? Es algo que todavía no me sale natural.
Yo creo que mis gatos la han aprovechado más que yo, por lo menos el forro, que tuve que dar de baja porque sucumbió al afilado se sus uñas. Bueno, eso se solucionó con un furoshiki bien simpático que me llegó de regalo.
En fin, espero algún día poder aprender y mientras tanto, voy a dejar unos proyectos que me gustaría hacer.
Tengo una máquina de coser también y me pasa lo mismo. La ocupo tarde mal y nunca porque hay que recordar cómo usarla y porque hay que llenar el carrete chico de abajo con el hilo que necesito. Igual es útil, pero no me atrevería a hacerme una prenda, pero sí muñecas. Eso es lo que más he hecho ;)
ResponderEliminarSaludos!
El carrete de abajo es mi suplicio, a veces me queda bien y otras medio bailarín. En todo caso, estás más avanzada que yo, porque con suerte coso recto. Y una muñeca me parece que tiene harta dificultad.
ResponderEliminar:)