Historias de terror: Familia extensa

     Cuando era chica pensaba que me hubiese gustado formar parte de esas familias numerosas, donde todo el mundo gira en torno a la nonna. Figura central y carismática que era capaz de reunir en un almuerzo a todos los integrantes de la familia.

    En mi mente idealizaba las conversaciones y el clima que se respiraba en los almuerzos, dándole a todo un ambiente de buena vibra. Todo acompañado con un buen plato de pasta, típico de película italiana.

      Más grande, si formé parte de los almuerzos familiares que organizaba mi abuela paterna, pero distaban mucho de lo que mi fértil mente infantil imaginaba.

    Primero, porque mi abuela paterna era lo cahuinera, le encantaba andar poniendo mal a la gente y armar enemistades. Los hermanos de mi papá tienen una relación de rivalidad de años, ninguno se salva (incluido mi papá, porque viven en una competencia tóxica,  viendo a quién le ha ido mejor, quién tiene más plata...una cuestión asquerosa)...y todo el mundo se pela, no hay nadie que no lo haga. Es realmente agotador.

    A  mi me carga esa dinámica y con mi hermana nos hemos apartado de toda la gente tóxica, es decir de toda la familia extensa. Increíblemente mi mamá sigue manteniendo el contacto con ellos y nada ha cambiado, puro pelambre. Últimamente me han llegado invitaciones al facebook de algunos familiares y yo no las he aceptado. Mi mamá pone mala cara y nos dice....pero son familia...y lo siento mucho, pero no quiero tener ese tipo de relaciones en mi vida, habrá gente que se sentirá a gusto inmersa en el cahuín, pero a mi me cansa eso de ver que se destrozan entre ellos y después tan sonrientes, muy hipócrita todo.