Los cajones
Me acuerdo cuando era chica, una de las cosas que más me gustaba era escudriñar en los cajones de mi abuela. No es que fuera particularmente curiosa con cualquier cajón, pero al ser mi abuela bastante cachurera, abrir un cajón de ella era tan entretenido, que podía pasar horas y horas revisando. Y el premio? encontrar cualquier cosa y literalmente era cualquier cosa. Que manera de tener elementos sin ninguna lógica ni conexión , desde pequeños juguetes, botones antiguos, cartas de cuando ella era más joven. En fin, objetos que en mis fantasías aguardaban el momento de ser revelados. Me sentía como Indiana Jones, descubriendo un tesoro, eso sí que de una manera bastante más segura.
No sé si fue esa entretención, la que hizo que heredara el "orden" bien randómico de mi abuela. Y me pasa, que hoy, cuando ya mi abuela no está, siento la misma adrenalina y nostalgia al abrir mis propios cajones y sorprenderme con los tesoros que voy encontrando y que, como soy olvidadiza siempre me sacan una sonrisa.
Comentarios
Publicar un comentario